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RUKA & ROLL | el sur encendido, la memoria amplificada y una escena que exige futuro

El Festival Ruka & Roll 2025 no fue simplemente un encuentro musical, fue un pequeño terremoto cultural que sacudió Padre Las Casas los días 11 y 12 de octubre, recordando, a quienes aún lo dudan, que La Araucanía sostiene una de las escenas más fértiles, intensas y emocionalmente honestas del país.


Fotografias en el instagram de: mtphoto.cl

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En un Centro Cultural repleto, las guitarras resonaron como si quisieran perforar el cielo, las familias se mezclaron con las juventudes más ruidosas y el espíritu comunitario del rock volvió a tomar forma.

No fue un festival perfecto, fue real, vivo, errático, sudado, y por eso mismo memorable.


Primeth: identidad en construcción y la chispa local que abrió el camino

El puntapié inicial lo dio Primeth, banda nacida en Padre Las Casas, que desplegó un show cargado de atmósferas densas y una madurez que sorprende a quienes los han visto crecer desde sus primeras fechas. Su presentación se sintió como un statement, trabajo, amistad y búsqueda sonora.

“No esperé que llegara tanta gente al principio del show”, comentó el vocalista, aún mareado por la recepción. por su parte, el guitarrista, fue directo al hueso: “No solo tocamos juntos: somos amigos. Y eso se nota en cómo suena Primeth”.

Con el anuncio del lanzamiento de “Nuclear”, su debut para este 31 de octubre, la banda confirmó que el sur también está fabricando futuro, no solo nostalgia.


Panorama Local: energía joven, honestidad y una promesa que ya dejó de ser promesa

Con apenas dos años de trayectoria, Panorama Local irrumpió como si llevaran una década de oficio. Su mezcla de atmósferas expansivas y estallidos frenéticos terminó provocando uno de los primeros mosh espontáneos del festival.

“Cuando ves a la gente disfrutando tanto como uno, la energía se vuelve tremenda”, dijeron después del show.

Hablan con calma, pero suenan con tempestades. Y ya buscan grabar su primer disco. La banda encarna lo que este festival quiso demostrar, el sur está produciendo música sin pedir permiso.


Todos Mis Amigos Están Tristes: caos hermoso y la antesala de “Carne”

En su segunda aparición en el festival, Todos Mis Amigos Están Tristes reventó por completo el auditorio. No hubo asientos que resistieran, mosh, gritos, catarsis. Una presentación donde todo falló —cuerdas, straps, el orden— excepto lo esencial, la entrega.

“Sonamos la raja”, dijeron, entre risas. Y tenían razón.

El show fue también el anuncio oficial de “Carne”, su esperado EP de 10 canciones que saldrá este 7 de noviembre bajo Joy Boy Records. Una obra que promete consolidar su mezcla de vulnerabilidad, ruido y emoción desbordada.

Será el primero de muchos. Se huele en el aire.


Niños del Cerro: la épica íntima de un regreso al sur

El cierre de la primera jornada quedó en manos de Niños del Cerro, quienes volvieron a la Araucanía con un show de precisión quirúrgica y sensibilidad desbordada. Su vocalista, Simón, lo resumió con lucidez: “Es un lujo tocar acá… y que sea gratuito para la comunidad, aún mejor”.

El público respondió como si se tratara de una bienvenida largamente esperada: corearon, aplaudieron, se emocionaron. La banda llega con su quinto disco recién salido del horno y una gira internacional que los llevará por Argentina, México, Colombia y Perú.

Simón recordó con humor el origen del nombre. “Lo inventé cuando era adolescente… ahora tengo canas en la barba, pero igual me gusta. Es un nombre profundamente andino”. Y puede que ahí radique su magia: una banda que lleva lo íntimo hacia lo universal, sin perder el paisaje que los vio nacer.


Velvet Room: un retorno feroz y un álbum que empieza a tomar forma

Velvet Room volvió del silencio con un show filoso y emocionalmente cargado. “Ha pasado mucho tiempo desde que tocábamos… pero hoy se sintió excelente”, dijeron.

Están grabando su primer álbum: 12 canciones nuevas, agresivas, modernas, alimentadas por sintetizadores y guitarras que buscan un filo distinto. Estrenaron una nueva versión de uno de sus temas y el público respondió con pulgar arriba inmediato.

Velvet Room no está regresando. Está comenzando.


De Kassette: crudeza, oficio y calma creativa

El segundo día trajo uno de los golpes más frontales del festival: De Kassette. Rock directo, sin maquillaje, con problemas técnicos resueltos a pura actitud. “Fue primera vez que sonábamos tan bien… todo estuvo pulento”, celebraron.

Con un LP proyectado para 2026 y un demo remasterizado por Nekron Recs, la banda avanza sin ansiedad. Lo dicen sin adornos: “No tenemos apuro. La calma es parte del proceso”.

Rock sin postureo. Más necesario que nunca.


Ulkan: electricidad mapuche y poética territorial

Ulkan jugó de local y aun así logró sorprender. Violines filosos, poesía viva de Rubén Cifuentes y una base rítmica que suena a bosque, memoria y futuro.

“Fue cortito, pero rapidito”, dijo Rodrigo, su director, todavía respirando adrenalina.

Estrenaron oficialmente su álbum “Sombría Mañana” —ya disponible en todas las plataformas— y anunciaron otra bomba: lanzarán dos discos en un mismo año. Una rareza en la escena actual y una declaración de ambición artística.

El sur también innova.


Peores de Chile: tres décadas, un legado intacto y un futuro intergeneracional

El cierre de la jornada fue para Peores de Chile, una banda que no necesita introducción. Treinta años de historia, kilometraje infinito y un respeto que se gana en cada escenario.

“Primera vez que tocamos aquí… mucha energía, mucho punk”, dijeron. Y sí, hubo familias, niñas y niños viviendo su primer pogo, un síntoma inequívoco de que el rock puede —y debe— ser territorio común.


Peores aplaudieron a las bandas jóvenes y celebraron la presencia femenina en los escenarios. Destacaron, con especial cariño, a Ulkan y al trabajo educativo de su director.

La banda dejó un mensaje claro: “El futuro está en las nuevas generaciones.” Y ellos, desde su trinchera, siguen empujando para que ese futuro exista.


Un festival, un territorio y una escena que ya no cabe en los márgenes

Ruka & Roll 2025 no fue solo música. Fue identidad, memoria y un recordatorio de que La Araucanía está construyendo una escena con convicción, creatividad y hambre de escenario.

Un festival donde conviven el punk histórico, el rock atmosférico, la energía mapuche, la juventud desbordada y los proyectos en plena gestación.

Un festival donde los errores se celebran, la autogestión se honra y la comunidad se reconoce en el ruido.

Donde el sur no imita, propone.

Donde el sur no responde, desafía.

Donde el sur no se excusa, se planta.

Ruka & Roll 2025 ya quedó en la memoria.

Lo que viene ahora… es que el sur siga sonando. Y fuerte.


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