DAMÁN | El pulso instrumental del sur que desafía el ruido.
- Grítalo

- 27 nov
- 6 Min. de lectura
La banda temuquense explora la potencia del sonido sin palabras. Funk, psicodelia y un viaje felino que expande los límites de la escena local.

¿Cómo nace DAMÁN y en qué momento deciden que su música no necesitaría letras para comunicar lo que querían decir?
Damán nace a finales del año 2022 y comienza como una exploración de sonidos en conjunto al antiguo baterista de la banda. Después de varios intentos, comenzamos a explorar conceptos musicales afines, lo que nos permitió ver que queríamos como prioridad los sonidos de los instrumentos (guitarra y batería). Con el tiempo incluimos un tercer instrumento (bajo), que nos aclaró más el desarrollo del sonido que tenemos hasta el día de hoy con la formación actual, donde es muy claro para nosotros que el desarrollo de nuestra música sin voces nos abre un horizonte de posibilidades sonoras para nuestros instrumentos y nos permite sacarles el máximo provecho.
En su sonido conviven el funk, la psicodelia, el soul y el rock. ¿Esa mezcla fue intencionada o simplemente lo que surgió al tocar juntos?
En palabras simples, sí, fue intencionada, pero la verdad es que fue fruto de la búsqueda de estilos que genuinamente nos gustan tanto a nivel individual como colectivo. Siempre existió una flexibilidad para buscar más influencias y eso permitió complementar los gustos de todos y generar canciones que combinan estos estilos.
Ser una banda instrumental en Chile —donde predomina la canción con letra— suena a riesgo y declaración. ¿Lo sienten así?
Creemos que sí. Desde el punto de vista del riesgo lo vemos representado en que, generalmente, se cree que lo que hacemos es música ambiental. Con el tiempo hemos logrado comprometernos con el estilo y, aunque sea arriesgado como propuesta, es una declaración de disfrute de lo que estamos haciendo y también porque creemos que somos buenos en los instrumentos que estamos tocando.
La batería tiene una presencia muy marcada y, además, femenina. ¿Cómo influye eso en la dinámica del grupo, tanto en lo musical como en lo escénico?
Nuestra baterista, Catalina, es fundamental dentro de todo el trabajo que realizamos, ya que se encarga de realizar las variaciones de las canciones, además de marcar el groove que buscamos, algo que realiza con gran rectitud. Nos ha permitido soñar con ideas de los demás integrantes en torno a lo percusivo, permitiendo que crezcamos juntos en los sonidos que queremos lograr. Desde el punto de vista escénico, creemos que siempre es valioso ver presencia femenina (y de cualquier género), ya que hemos visto que personas se logran inspirar en el trabajo de Catalina, especialmente niñas y niños, quienes se quedan mirando felizmente lo que ella hace en la batería.
¿Cómo es el proceso de composición en DAMÁN? ¿Parten de una jam, de un riff o de una idea más conceptual?
Generalmente en Damán los procesos de composición varían en dos líneas. Alguien trae una idea media pensada que tenga sentido con lo que se está trabajando y luego se realimenta con cada uno de nosotros desde sus instrumentos. Siempre conversamos sobre las canciones y vemos dónde nos va acomodando o hacia dónde queremos ir.
La segunda línea de creación surge en los momentos en que estamos tocando más libres, ya que empezamos a repetir patrones que nos gustan y nuevamente bajamos a la conversación verbal sobre qué cosas nos gustan y cuáles no. Somos bastante críticos de lo que vamos haciendo y, con un sentido de respeto, hemos podido llegar a bonitas conclusiones conceptuales de las canciones.
¿Hay un rol definido en la creación o todo se cocina en conjunto, con espacio para la improvisación?
Creemos que esto se responde un poco en la pregunta anterior, pero profundizando: los comienzos de ideas generalmente recaen en Marcel (guitarrista), pero rápidamente las ideas se vuelven colaborativas y con una mirada en conjunto sobre hacia dónde llevar la canción. Muchas veces nos ha pasado que no sabemos hacia dónde ir o cómo terminar una pieza; en ese momento cambiamos la dinámica del grupo y conversamos desde otro lugar para encontrar esas respuestas.
¿Qué artistas o discos fueron determinantes para formar su identidad sonora?
Hay varios artistas y discos que nos gustan o que ocupamos dentro de nuestras creaciones. Tenemos influencias desde el afro, funk, rock más pesado, rock psicodélico, etc. Entre artistas destacamos a Hiatus Kaiyote, Yussef Dayes, Tom Misch, Led Zeppelin, Dinastía Moon, Laberinto Nativo, Parcels, Delvon Lamarr Trio y Arlo Parks. Destacamos especialmente a Dinastía Moon, con quienes hemos compartido escenario, y prontamente con Laberinto Nativo.
¿Cómo logran mantener frescura en lo instrumental sin recurrir a la voz humana como eje de atención?
Tratamos de utilizar varios recursos musicales desde distintos puntos de vista. Primero, desde lo percusivo, variamos el recurso de la batería, cambiando compases, entradas y silencios, buscando que cada instrumento sea interesante por separado. Desde el bajo y la guitarra hay una compenetración que permite que se vayan cambiando los roles de base y variamos las melodías, rearmonizando lo que vamos tocando, repitiendo patrones en otros tonos o haciendo cambios modales. Tratamos bastante de variar eso para que cada canción sea un viaje.
Ser del sur, de Temuco, ¿les da una perspectiva distinta frente a la escena nacional? ¿Cómo se siente tocar funk psicodélico en un territorio más asociado al rock o al folclore?
Creemos que se genera un ambiente especial, ya que nos consideramos sin nicho en la IX Región. Eso nos ha regalado la posibilidad de relacionarnos con bandas con las que no habíamos hablado directamente. En esta búsqueda de espacios hemos podido reunirnos, compartir escenario y estilos musicales.
Creemos que sí nos da una perspectiva distinta, algo que hemos observado especialmente cuando hemos podido salir de Temuco y mostrar nuestra música.
Su disco Feli(ci)dae tiene una impronta felina, con nombres que remiten a animales del continente. ¿Qué simboliza esa elección?
En el momento en que se escribía la música no existía una conexión tan clara entre los temas que hacíamos. Fue cuando nuestro antiguo bajista, Camilo Larenas, llegó con una estética marcada por animales. Cuando él tuvo que retirarse del proyecto decidimos seguir con la temática. Como nos gustaba el tema felino y a Marcel le interesaban los animales andinos o de la Patagonia, buscamos nombres para distintos felinos, investigamos sus características y eso fue un pilar y motor creativo para cerrar el disco Feli(ci)dae.
¿Perciben su música como una forma de conexión con el entorno natural o con una espiritualidad propia del territorio mapuche?
Entendemos estos conceptos como algo con lo que buscamos conectar, especialmente en este sonido más maduro que estamos creando en el nuevo EP. Los temas y nombres apuntan a una espiritualidad que busca ser respondida a través de los sonidos y estrategias de producción de la música. Queremos que las personas comiencen en un punto y terminen en otro, habiendo conectado espiritualmente con lo que creen.
No buscamos direccionar cómo sentir, sino simplemente que lo hagan.
¿Cuál ha sido el concierto más transformador para ustedes como banda?
Creemos que uno de los conciertos más transformadores lo vivimos en dos ocasiones. Una fue la última fecha del mes de enero, cuando tocamos en el Festival Trinchera, donde estábamos culminando un proceso de nueva formación musical y pudimos sentir la conexión con la gente de Los Ángeles.
El último concierto transformador ocurrió hace poco y fue la sesión íntima que realizamos para grabar un material audiovisual de calidad, lo más profesional posible. Esto significó mucho esfuerzo de todo el equipo y terminó en una sesión hermosa que compartimos con la gente muy de cerca.
En tiempos donde la industria prioriza lo rápido y lo visual, ¿cómo logran conectar con el público desde lo puramente sonoro?
Utilizamos ese mismo punto a nuestro favor, incorporando elementos extra en nuestra música, desde nuestro vestuario hasta las visuales que utilizamos en nuestras presentaciones. Nuestra labor principal es ofrecer un show donde estemos lo más compenetrados posible, para que las personas puedan sentir lo que intentamos hacer. Por eso siempre recomendamos nuestros shows en vivo, jaja.
¿Qué desafíos enfrentan al difundir su música instrumental en plataformas digitales y redes sociales?
Los desafíos creemos que son los mismos para todos: estar en una constante búsqueda del nicho donde tu música pueda ser mejor escuchada. Con el tiempo las plataformas digitales se combinan con las redes sociales y generar ese vínculo es importante para difundir nuestra música. Ese desafío, que parece difícil, no lo es tanto si podemos encontrar los rastros de la gente que disfruta lo que hacemos y se siente orgullosa de compartirlo con sus pares. Además, pasa que al no tener una voz en primer plano, hemos notado que la gente que nos escucha es muy variada.
¿Dónde imaginan a DAMÁN en cinco años? ¿Qué sueñan conquistar desde este lenguaje sin palabras?
Apuntamos a que la mayor cantidad de gente nos vaya conociendo y conecte con nuestra música. Esto lo logramos, en gran medida, saliendo a recorrer espacios fuera de la ciudad. Creemos que existe una conexión especial con quienes no nos conocen y se encuentran con nuestra propuesta. Además, esto nos permite seguir jugando con más ideas e ir creciendo con el proyecto.
Damán, en cinco años, busca escenarios grandes, y uno de los más importantes que aspiramos a alcanzar es el REC. Vamos de a poco y ya hemos compartido escenario con bandas que han tocado allí. Esperamos seguir creciendo, haciendo las cosas con amor y disciplina.
Soñamos con que la gente conecte con nuestra música y quiera disfrutar siempre de nuestros shows en vivo, que realizamos frecuentemente.
Un saludo a todo el equipo de Grítalo. Gracias por la difusión de la música.
Equipo Damán
Marcel Fau
Esteban Mora
Catalina Saavedra
Mareba Torres





Comentarios