Este texto fue escrito como oratoria para el primer día del II Curso de Pedagogía Anarquista organizado por La Pizarra Negra y Kutxal Corp, el sábado 22 de marxo de 2022.
Por. Sonia Muñoz Llort
En estos momentos en nuestras sociedades de consumo, con el aumento del fascismo, imperialismo militar y corporativo, la pregunta de qué tranza con las pedagogías anarquistas es históricamente relevante y humanamente urgente.
En los últimos 40 años, hemos vivido en un régimen neoliberal depredador, que ha exacerbado el crecimiento de lo que los compañeros, compañeras y compañeros Zapatistas denominan como la hidra capitalista. A la vez, los llamados avances digitales y tecnológicos han abierto una brecha que provoca una mayor de lucha de clases y una ruptura aún mayor entre países colonizadores y colonizados.
Entonces, como revolucionaries podríamos decir que las pedagogías anarquistas son unas herramientas de las que no sólo debemos de platicar, sino que debemos practicar colectivamente cómo usarlas de manera que la gente sienta interés por co-crear comunidades alternativas fuera de la hidra capitalista.
Para poder crear comunidades solidarias internacionales, como revolucionaries debemos ver el aprendizaje como un proceso intrínseco a nuestras vidas, dónde de manera colectiva adaptada a nuestras realidades materiales, podemos ir desarrollando y versatilizando los principios básicos de estas pedagogías anarquistas que nos ayuden a ir trazando nuestros caminos.
Con esta perspectiva de aprendizaje de vida, podemos permear y formar nuestras sociedades de manera continua. Las pedagogías anarquistas se reconocen por estar basadas en los principios de la acción directa y el apoyo mutuo, así como la solidaridad y la libertad para todes. Estos principios son buenos aún como medios y metas, pero han pasado ya 150 años desde que los grandes pensadores anarquistas los presentaron. Para su suerte, nunca se pudieron imaginar cómo el capitalismo y los estados que ya entonces criticaban y querían abolir, iban a mutar a la situación actual. Por eso, como educadores revolucionaries debemos también adaptarnos y seguir desarrollando nuestras prácticas de aprendizaje revolucionarias.
En esta presentación voy a compartir con ustedes algunos sentipensamientos, que no son para nada ninguna pauta ni reglas a seguir, son simplemente reflexiones que pueden hacerse crecer de manera conjunta.
Históricamente, las pedagogías anarquistas y mucha de la literatura y las prácticas se han desarrollado alrededor de la infancia. Esto es lógico y natural, pero, aunque la idea del aprendizaje como actividad vital es algo que desde el principio del pensamiento anarquista ya se aclaró que era un requisito para revoluciones liberadoras. La masificación, la instrumentalización y globalización de los sistemas educativos ha conseguido matar la curiosidad, el sentido crítico, y sobre todo, ha provocado el genocidio cultural que ha allanado el camino a la ola neoliberal en la que vivimos. Muches sufren de titulitis aguda, para después vivir su vida basados en dogmas y prejuicios racistas, capacitistas, machistas, homófobos y tránsfobos, idolatrando a políticos y celebridades por igual. Ven al capitalismo como el sistema perfecto para tener poder escalando en sus jerarquías asesinas y vivir en sus falsas promesas de seguridad monetaria.
Permítanme entonces presentar tres puntos de nuestras realidades materiales compartidas que posteriormente me llevarán a presentar las propuestas de ampliación de las pedagogías anarquistas como herramientas revolucionarias en este siglo XXI.
Primero, debemos recuperar la idea de que, a través del aprendizaje continuo, colectivo y como acción directa, podremos liberarnos y enterrar a la hidra capitalista. Debemos desfasar los sistemas educativos estatales, porque las actividades revolucionarias no pueden darse en espacios controlados por el estado.
Necesitamos entender que ahora mismo, ya no sólo es el aprendizaje un requisito para nuestras revoluciones, sino que a la vez debemos fomentar el desaprendizaje todo el indoctrinamiento que los medios de masas y los sistemas de educación nos imponen, y que va de la mano con la internalización de los valores capitalistas y religioso-patriarcales a los que somos expuestas a diario. Al igual que hablamos de la necesidad del poder dual, dónde debemos abolir todas las estructuras opresivas y dominantes que la hidra capitalista ha construido durante 500 años mientras que de manera paralela construimos alternativas comunitarias a través de la acción directa, podemos pensar de manera interrelacionada con los procesos de aprendizaje y desaprendizaje para creas nuestras comunidades.
Yo como individuo no tengo ninguna propuesta concreta para fomentar el desaprendizaje, y más sabiendo que hoy en día la propaganda, el flujo masivo de desinformación y la desigualdad de la digitalización entre el sur global y el norte global impera fuertemente. Lo que está claro es que debemos de tener en cuenta la lucha de clases para poder llegar a las personas que lo deseen, y que de hecho están sobreviviendo en la precariedad y la violencia a diario para provocar de manera colectiva la responsabilidad como individuos de poder deshacernos de valores y actitudes opresoras. Sin ellas, nuestros espacios no avanzan, y nosotres mismes frenamos nuestras posibilidades de creación revolucionaria.
Segundo, las pedagogías anarquistas deben valorar y adoptar una posición anticolonial. Ser anti-imperialista significa defender y ser cómplices revolucionaries de las luchas contra fuerzas imperialistas que dominan a través de su violencia expansionadora. Pero, además, debemos tomar una posición anti-colonial, para sacar las fuerzas imperialistas neocoloniales de territorios explotados desde hace siglos. Si como anarquistas defendemos el derecho a la libertad, también debemos defender el derecho a la tierra, sin extractivismo, ni desplazamientos, ni militarización estatal, sin robo ni contaminación del agua por parte de empresas multinacionales, abogando por la autogestión territorial y la soberanía alimentaria.
Muchas dirán que estas ya son tareas que muchos grupos indígenas, afroindígenas y afrodescendientes están haciendo en muchos territorios. Es correcto, y estas resistencias seguirán y como educadores debemos apoyarlas y fomentarlas en sus luchas por defender y recuperar sus territorios, dejando claro que el aprendizaje revolucionario tiene que ir en contra de los imperios, ya sean geopolíticos, religiosos o corporativos. Para ellos debemos repensar y concienciarnos de la blanquitud que los sistemas educativos estatales reproducen, y viendo que la resistencia es una actividad necesaria para la vida, aún más importante es el desarrollar grupos, movimientos y comunidades de apoyo mutuo fuera de estos sistemas educativos globalizados.
El último punto sería la digitalización como herramientas liberadoras, que al igual que nos ayuda a creas lazos y coaliciones internacionales solidarias, quedan aún fuera del alcance de muchas personas que tiene las actividades de resistencia más directamente ligadas a sus cuerpos y territorios. En estos tiempos, la idea de crear comunidades digitales debe ser similar a la idea de crear espacios de aprendizaje interconectados y fuera de las garras de los estados asesinos y corporaciones-monopolio controladores.
Como educadores debemos apoyarnos en todas las herramientas educativas necesarias para que nos permitan llegar a la gente y ponerlas a disposición de sus luchas. Nuestra fortaleza está en nuestra diversidad. Pero esa diversidad debe cuidarse, y sobre todo asegurarnos de escoger métodos educativos que conlleven procesos democráticos íntegros desde abajo.
Nuestra lucha liberadora entonces es también para quitarnos de encima el control y la vigilancia de los estados a través de estos medios digitales, los fallos de seguridad cibernética y el peligro de que fuerzas depredadoras extractivistas usen las mismas herramientas para sabotear nuestros procesos revolucionarios.
Estos tres puntos nos llevan a la siguiente pregunta, ¿cuáles son las expansiones que podríamos añadir a las pedagogías anarquistas para poder seguir nuestros caminos revolucionarios en esta etapa histórica? Aquí les comparto un par de momentos que hasta ahora yo he extrañado dentro de las pedagogías anarquistas tradicionales.
Para empezar, desde una perspectiva anarcofeminista y anticolonial, me gustaría introducer la idea de que el aprendizaje no sólo es una actividad y una acción directa racional, sino que es una acción basada en el sentipensamiento. Muches deben conocer no sólo la palabra y su origen, sino la intención detrás del hecho de romper con la fragmentación capitalista de la idea de que sólo ciertas personas son racionales y por lo tanto, seres humanos capaces no sólo de aprender, sino de potencialmente dominar a los demás para estar en la cima de las jerarquías impuestas por la hidra capitalista. Históricamente las personas visten como racionales, encarnadas en figuras masculinas, blancas se han impuesto como ejemplos de productividad y liderazgo en estructuras asesinas; mientras que las demás hemos sido rezagadas a lugares invisibles, castigados, manipulables porque según estas jerarquías somos seres emocionales que debemos ser explotados.
En este momento quiero honrar a les pensadores y activistas de Abya Yala por haber encuñado esta acción que de hecho une a todes los géneros en esta lucha por la supervivencia. Las pedagogías anarquistas deben de tener en cuenta que para aprender, debemos de cuidarnos mutuamente además de ayudarnos mutuamente. Tanto el apoyo como los cuidados son acciones que se entretejen y nos unen, son las bases de seguridad para poder mitigar el dolor causado por la deshumanización a la que somos sometides. Es uno de los puntos en nuestra humanidad compartida, somos seres sentipensantes.
Tradicionalmente las tareas de cuidado han sido rezagadas a personas feminizadas en muchos territorios, mientras competimos entre nosotres para poder llevarnos un bocado a la boca y tener un techo sobre nuestras cabezas, y de ahí que estemos viviendo este momento en que mucha gente muere por estar en trabajos precarizados o sin poder tener tiempo para descansar, reír, bailar, gozar. Debemos integrar el sentipensamiento dentro de nuestras actividades educativas revolucionarias, en tiempos de dureza e hiperindividualidad dónde se nos ve como máquinas de producción y reproducción, porque el aprender a cuidarnos de manera mutua puede reforzarnos de manera colectiva en nuestras luchas.
Lo que la hidra capitalista quiere fomentar en forma de violencia, será derrotada con nuestros mecanismo de autodefensa, colectivos, fuertes e íntegros como parte de nuestros procesos de aprendizaje.
Relacionado con la acción del sentipensamiento como acción de aprendizaje colectiva, también debemos tener en cuenta el tema de la accesibilidad. Dentro de las tradiciones anarquistas hemos tenido consideración acerca de cómo presentar la información política y el conocimiento sobre los sistemas de opresión a la gente de manera sencilla y entendible.
Pero la titulitis que nos han implantado para poder trabajar, también hace que a veces pongamos en peligro esta accesibilidad por parecer intelectuales. Al contrario, debemos ser cautas y no usar lenguaje opresivo ni dominante, y mucho menos lenguas imperialistas y retóricas pertenecientes a la hidra capitalista. En tiempos de propaganda neoliberal y desinformación masiva, el lenguaje claro y directo, teniendo en cuenta de que mucha gente de hecho apoya y defiende a la hidra, debe hacernos conscientes de la importancia de que el lenguaje es poder. La accesibilidad es poder crear materiales informativos y educativos en lenguas ancestrales, regenerando la diversidad cultural y co-creando así nuestras resistencias.
La claridad de nuestras ideas, la variedad de canales para crear nuestras comunidades y sobre todo, el abrir nuestros espacios a todas las personas que quieran participar independientemente de su estado de salud, nivel de educación o lengua. Nos han hecho creer que venimos a este mundo a trabajar, que sólo nos merecemos ser valoradas si producimos y vendemos nuestro tiempo y energía. Por estas razones debemos considerar de manera consciente para abrir nuestras luchas a todas las personas que, por su función corporal, su edad o su situación de opresión son excluidos del mundo laboral. Esta es una buena razón para romper con la unión entre la educación formal y el trabajo asalariado forzoso, y abrir a seguir el principio del aprendizaje como actividad integral para mantener nuestras comunidades saboteando así una parte esencial que la hidra capitalista para sobrevivir...
Estas son algunas de las reflexiones en proceso que he tenido hasta el momento. Quiero agradecer a les compas la oportunidad de compartirlas en esta primera sesión y estoy deseando poder seguir en este proceso con todes ustedes.
Gracias 💜